Entre las ventajas de este tipo de núcleos, destacamos estas tres:
– Gran independencia de lechos. De modo que los movimientos en un lado del colchón apenas se sienten en el otro. Esto es especialmente importante en personas que duermen en pareja. Si uno de los miembros de la pareja se mueve mucho por la noche, apenas molestará al otro.
– Alta grado de adaptabilidad. La reacción independiente de cada uno de los muelles ante el peso, hace que el colchón se adapte a la perfección al contorno del cuerpo. Esto permite mantener la espalda completamente recta. Fundamental para evitar problemas y dolores de espalda.
– Reparto homogéneo del peso sobre toda la superficie de descanso. De esta manera se evitan hundimientos, y sobretodo, se minimizan los puntos de presión sobre el cuerpo. El nivel de alivio de presión que ofrece un colchón es uno de los indicadores fundamentales para catalogarlo como óptimo para una persona u otra.
